¿Cómo mantenerse Libre de Crisis?
1.- Aceptación. Punto básico para pacientes y familiares en el inicio y mantenimiento de su recuperación; no se trata de que se resignen a padecer una enfermedad mental, ni mucho menos que se alegren, sino que sepan que no se trata de algo mágico ni divino, o de un castigo, sino de una enfermedad como tal, con todas las características que la determinan, y conocer que una vez diagnosticada, existen variados y efectivos recursos que ofrecerles.
2.- Medicación. Sin los medicamentos es imposible la recuperación. En este sentido, tienen preferencia la utilización de medicamentos atípicos dada su efectividad en los pacientes con enfermedad mental, permitiéndoles una mejor integración a su grupo socio familiar.
3.- Consulta. La consulta constituye el monitoreo de la evolución del paciente y por ello debe ser constante y gratificante; ésta debe tomar en consideración el grado de compenetración paciente-médico-familia. El médico se convierte en un amigo que se ha preparado para ofrecer la ayuda, que es un conocedor de la enfermedad. En él se puede confiar sin tener prejuicios, temor o vergüenza de manifestar los síntomas que presente, por muy absurdos que éstos le lleguen a parecer al paciente. Al mismo tiempo, los familiares deben hablarle al paciente, de lo importante y beneficioso de la consulta y motivarlo a que asiste.
4.- Evitar situaciones de conflicto y estrés. Es un punto importante, por cuanto la mayoría de los pacientes y familiares afirman que la crisis sobreviene “cuando se suspende el medicamento o se enfrenta a un problema que lo desequilibra emocionalmente”. Por ello se hace necesario tener en consideración:
- Hablarle al paciente despacio, con calma y claridad. Cuando se den instrucciones o se hagan preguntas, hacerlas de una en una.
- Demostrar a la persona que es querida, procurando calmarla.
- Evitar disuadir al paciente de sus falsas creencias, ya que es generalmente inútil y con frecuencia resulta ser más angustioso para él.
- Servirse de una relación positiva para lograr su cooperación.
5.- Creer en el paciente. Tanto el paciente debe creer en sí mismo como el familiar demostrárselo, ya que debido a las crisis se suele perder la credibilidad en el pacientes y se desconfía de la mejoría.
6.- Manipulación. Es uno de los puntos más álgidos que deben enfrentar el paciente como su familia, ya que pudieran aprender a sacarle provecho secundario a la enfermedad, y en oportunidades es necesario confrontarlos con la realidad, ya que pueden negarse a aceptar la ayuda que les permita reintegrarse sólo por mantener una actitud cómoda y poco sacrificada. En estos casos es primordial confrontar a la persona que está manipulando y manejar los sentimientos de culpa; apelar a la negación, y no utilizar la violencia física o verbal.
7.- Poder Superior. Respetando la confesión religiosa de cada quien, es necesario tener un Dios a quien pedirle y darle gracias; saber que es un amigo cercano, que no castiga, sino que perdona y se manifiesta a través de la ciencia para aliviar el sufrimiento.
8.- Grupos de Autoayuda. Los grupos de autoayuda son conocidos por su poder terapéutico, donde por medio de la técnica del feed back, y la historia de vida se pueden comprender las situaciones propias. En estos grupos, la persona aprende que no es el único que tiene ese problema, qué hacer en situaciones de conflicto, así como crear sentimiento de pertenencia.
9.- Actividad psicofísica. Es necesario recordar que las personas con enfermedad mental suelen ser sedentarios y poco motivados a las actividades físicas. Una vez que comienzan a practicar cualquier actividad pueden disfrutar de la recuperación, además de entrar en contacto con otros grupos de personas, lo cual favorece la integración a su medio social, estimulando su anhedónico y abúlico cuerpo.
10.- Hacer algo útil y divertido. Hay que recordar que en general, las personas con enfermedad mental conservan tanto la claridad de conciencia como la capacidad intelectual, y que al ser motivados a realizar cualquier actividad por la que tengan afinidad podrían poner al descubierto y llevar a la práctica, habilidades que por estar sumergidas en las crisis y sus consecuencias, habían permanecido adormecidas. Practicar actividades artísticas, culturales, musicales, filantrópicas, entre otras, es ayudarse a estar ¡Libre de Crisis!